viernes, 22 de junio de 2012

La aventura de dar a luz en Holanda

Qué podría contar? Diferencias entre el sistema español y holandés? Si lo hiciera probablemente muchos objetivarían que de esas mismas diferencias nace y radica la crisis española...

La madrugada del 12 de junio hacia la 1:00 A.M. empecé a sentir leves contracciones cada 10 minutos, al principio no le quise dar importancia puesto que otras muchas noches atrás éstas mismas se convertían en compañeras de sueño obligándome a dormir sentada para dejarles su debido lugar. Así que aguanté 2 horas hasta que desperté a Marcel para informarle de que si por casualidad echaba de menos una barriga pegada a un cuerpo la encontraría en la cocina, sentada en una silla dura y muy económica del IKEA intentando pasar el mal rato resolviendo sudokus de nivel "extreme". No pudiéndole convencer de lo contrario Marcel se empeñó en estar a mi lado durmiendo en el sofá.

Tras resolver algunos sudokus caí en la cuenta de que ya eran las 5:00 de la madrugada y que mis contracciones empezaban a no dejarme pensar con lucidez cada 5 minutos. Desperté a Marcel con la intención de obtener una mano a la que apretar pero él sacó papel y boli y diseñó un diagrama de contracciones con medidor de tiempo e intensidad. "Avísame cada vez que te empiece una contracción y dime si la actual ha sido más o menos dolorosa que la anterior" dijo él y así fue como lo hice... Las contracciones aparecían cada 5 minutos pero me resultaban de un dolor moderado. En ese mismo momento yo estaba muerta de cansancio por lo que pedí meterme en la cama y cerrar los ojos mientras las contracciones me lo permitieran... Cuando no, cogía papel y boli y apuntaba la hora en el diagrama de Marcel.

A las 7:00 de la mañana Marcel se fue a la oficina con la idea de pedir a su jefe permiso para trabajar desde casa hasta que yo diera a luz. A esa misma hora yo también me desperté. Me dolía todo el cuerpo y decidí darme un baño con agua caliente para calmar el dolor. Por supuesto no olvidé llevarme el móvil para poder hablar vía WhatsApp con mis amigas de España... !Qué gran invento por cierto!... Entretenida con mis amigas las contracciones parecieron desaparecer durante 1 hora pero tras el baño las piernas empezaron a escocerme de picor. Pedí a mi madre que me untara de crema las piernas pues mi prominente barriga no me lo permitía y sin ella vigilando me habría arrancado la piel. De esta forma me fui calmando. Tras estar más relajada me vestí y bajé de nuevo a la cocina, sentada en mi austera silla y pensando en mil cosas a la vez, contemplaba aturdida el exterior. Únicamente los avisos del WhatsApp me devolvían a la realidad y de repente vi el coche de Marcel aparcando frente a mis ojos. Eran casi las 2 del mediodía cuando entró por la puerta y me pidió que le enseñara el puñetero papel de las contracciones... Lo cierto es que dejé un enorme agujero de información en él... No recordé apuntarlas... Pero las contracciones en aquel momento eran cada 10 minutos. 

Tras comer algo frugal nos sentamos en el comedor mi madre, Marcel y yo (Lía dormía plácidamente en su habitación) y así fue como contemplé como poco a poco mi madre y mi pareja caían rendidos ante Morfeo gracias a mi mudo dolor...  Ana, debo darte las gracias por hacerme entrar en razón y obligarme a llamar a la comadrona ya que aún no siendo madre primeriza la situación no me dejaba pensar con lucidez... Por el contrario sí fui más ruidosa a la hora de buscar el teléfono de la comadrona. Marcel súbitamente despertó y lo buscó por mí. En media hora la comadrona debía presentarse en casa con la intención de chequear cuánto había dilatado. Los 3-4 cm al tacto hicieron precipitar las cosas pues tenía el deseo expreso de dar a luz con epidural y no al natural como por estas tierras se estila. La comadrona llamó al hospital y preguntó si había algún "hueco" para que yo pariera... Por suerte para mi hijo y para mí parecía que a las 4 y media de la tarde no era "hora punta" de parturientas...

Llegamos al hospital en 15 minutos. Nada más llegar, el servicio de habitaciones, raudo y efectivo, me proporcionó una "habitación de parto" muy amplia con televisión de plasma y vistas al exterior... "Goede Avond! Mevrow khosjbjkbcljsiohuoag" y una mujer "colosal" me saludó. Me ofreció cama, en lugar de asiento y, con guante talla XL enfundado en mano "allí" me la metió. En aquel momento maldije los 190 cm de altura de aquella profesional holandesa y tras un tremendísimo dolor la buena mujer concluyó unos 6 -7 cm de dilatación . En aquel momento me temí lo peor, ya era demasiado tarde para el uso de epidural por lo que me ofrecieron la alternativa "morfine pomp". Cada 3 minutos podía decidir yo misma si "meterme" un chute extra de morfina en cada contracción. Aquella "gran mujer" me dio a elegir también si prefería que me introdujera de nuevo su mano para romperme "aguas" antes o después de conectarme a la "hard drug". Obvia respuesta...

Entre contracción y contracción parecía pasar muy lento el tiempo y junto con la morfina... mi carácter se suavizó... "Do you want something to eat or drink?" espetó la comadrona. Mi contestación fue clara aunque con entonación etílica: "Sí, qué tienes?". Me trajeron un bol con yoghurt y 2 sobres de azúcar. Yo comía con algunas dificultades pues veía borroso, estaba mareada y con el pulso no afinado... En un monitor, que no en la televisión LCD, contemplaba borrosamente cómo evolucionaban mis contracciones... Éstas se habían vuelto irregulares y suaves debido al "colocón" que llevaba. "Tiene la tensión muy baja", adiviné entre comentarios en holandés e inglés por lo que me informaron de que iba a necesitar  otro "chute" de oxitocina para reactivar el proceso. ¡Mierda!, creo que pensé en voz alta y en inglés, pues sabía que tras el paraíso empezaría de nuevo el incesante dolor. Tras la dosis hormonal observé como las 2 comadronas y una estudiante esperaban a que aquello hiciera efecto. 

El efecto llegó y el dolor se incrementó, ya no me parecía suficiente la morfina y notaba como mi cuerpo empezaba a empujar. "No empujes todavía" me dijeron, pues esperaban a que la dilatación fuera de 10 cm. Lo cierto es que la morfina ya no hacía efecto y vi como una de las comadronas entraba de nuevo en la habitación con una llave colgada de un cordón rojo. "Para qué es esa llave", pregunté inocentemente, la comadrona contestó que la llave cerraba el caudal de morfina. "Geen morphine meer?", pregunté yo con la mente clara y sin vista borrosa al mismo tiempo que una contracción enorme y súper dolorosa me obligaba a empujar. "Empuja cuando empiece una contracción", "Será si mi cuerpo me lo permite" pensé yo. Marcel me sujetaba desde el principio la mano; me ayudaba con la respiración y con su otra mano en ocasiones me recolocaba la toalla húmeda en la frente... "Ahora, empuja!" mientras me ordenaron que yo misma me sujetara las piernas pues me encontraba en una cama normal. Empujé con todas mis fuerzas conteniendo a duras penas el dolor, por unos escasos segundos el dolor se hizo menos insoportable y de nuevo me ordenaron volver a empujar. El tercer empujón fue el peor... Mi cuerpo empujaba solo y las comadronas gritaban "Don't push, don't push!". No puedo pararlo!, contesté, a lo que aquellas 2 mujeres preguntaron si me encontraba en una contracción... "I don't know! I can't, I can't!" pero en aquel momento de histeria colectiva nació Marko a las 19:49 P.M.. 

Sostuve a mi bebé mientras las comadronas lo limpiaban enérgicamente. Pedí cortar el cordón umbilical pero aquella petición cayó en saco roto. Al cabo de muy pocos segundos me arrancaron a Marko de mis brazos, extrajeron la placenta y el silencio se hizo en la habitación. Marko no lloraba... Lo cierto es que me sentía aturdida, no alcanzaba a comprender lo que allí sucedía. Marcel voló hacia la habitación contigua donde se encontraba Marko con un ir y venir histérico de profesionales. Hasta 7 personas con sus 14 manos y 140 dedos estimulaban y hacían todo tipo de pruebas a Marko. Yo, estirada en la cama y sangrando por el desgarro, esperaba en silencio que alguien me dijera lo que estaba pasando. Mi madre, debido a la total incomprensión lingüística esperaba acongojada en el sillón de cuero naranja con la cabeza entre sus manos. Los minutos fueron pasando y me parecieron eternos... La estudiante a comadrona tuvo la deferencia de explicarme con tranquilidad qué sucedía en la otra habitación. "Marko está teniendo un comienzo lento pero todas las pruebas demuestran que está bien". "¿Cuándo podré verle, pregunté?". La estudiante no me supo contestar...

Los minutos seguían pasando y Marko ya no estaba en la misma planta que yo. Marcel se dirigió a mí y me corroboró la información de la aspirante a comadrona; "Todo va bien pero Marko no llora". Aquellas palabras me tranquilizaron aunque mi miedo y congoja no desaparecieron... Por la puerta irrumpió de repente otra persona preguntando a Marcel si quería darle el primer biberón a Marko. Marcel volvió a desaparecer y yo volví a quedarme sola en la habitación con mi madre asustada en el sillón. En aquel momento pedí a mi madre que me diera el móvil pues necesitaba hablar con mis amigas de España... "Marko no está en mis brazos y la gente se ha olvidado de mí" les decía... Sin duda pensé levantarme por mi propio pie con la intención de encontrar a algún "carnicero" que me quisiera coser el desgarro. Mi nivel de adrenalina estaba por los suelos y como consecuencia cada vez sentía más y más el dolor en mi entrepierna. En ocasiones la estudiante hacía acto de presencia a lo que yo le suplicaba que me cosiera. "Yo no puedo coserte, pero alguien vendrá a hacerlo". "Cuándo?!" espeté yo. De nuevo la estudiante no me pudo contestar cuando me susurraba suavemente que no contuviera el llanto, que llorara lo que mi cuerpo pudiera necesitar.

La aguja del reloj seguía avanzando clavándose cada vez más fuerte en la herida al mismo tiempo que me preguntaba por mi bebé. Observando el reloj advertí que finalmente la gran comadrona asió aguja e hilo una hora después del alumbramiento. Por supuesto pedí anestesia y me enseñaron un spray... "Is this enough?" pregunté yo recordando la doble inyección de anestesia que usaron cuando me hicieron la episiotomía en España... Por supuesto que no fue suficiente... Aullé y lloré de dolor al notar el frío acero de la aguja mientras asfixiaba fuertemente la mano de mi madre... "Ahora te traeremos 2 paracetamoles para que te ayuden a calmar el dolor"... Pero aquellas 2 pastillas no llegaban. Pedí 3 veces por ellas hasta que me fueron concedidas, tras tomarlas cambiaron los protectores de la cama repletos de sangre y me hicieron levantar para ducharme. Puedo decir que disfruté de aquel agua caliente que resbalaba por mi cuerpo entumecido de dolor. Intentando evitar mirar al suelo me enjaboné ante la mirada preocupada de Marcel que prefirió estar allí conmigo. Cuando me vestí de nuevo la comadrona de la llave del cordón rojo me preguntó si quería cenar algo. "Natuurlijk!" contesté yo, "Qué tienes?"; - Puedes elegir entre pan con queso, jamón en dulce o mermelada, resolvió con una amplia sonrisa en su cara. Cenar caliente ese día parecía una aberración...

Me sentaron en una silla de ruedas y me condujeron a otra habitación. Aquella habitación era todavía más amplia y luminosa pero por desgracia... "a compartir". 4 camas, dos enfrentadas a dos, me hicieron suplicar y rogar que aquellas otras 2 grandes mujeres y sus bebés no hicieran ruido  a la hora de descansar... 

Eran ya las 11:00 de la noche y a Marcel, mi madre y a mí nos permitieron ver a Marko. Estaba en una habitación de observación conectado a muchos cables y todavía seguía sin llorar. Los tres le cogimos en brazos y le hicimos arrumacos al nuevo hombrecito que acababa de nacer, Marko hizo algún que otro remilgo hasta que "Oma Tesa" lo cogió. Algún que otro arranque de lloro tuvo, quizás por casualidad o quizás no...

El tiempo se nos pasó volando y llegó el momento de abandonar a mi pequeño aunque pude llevarme conmigo una foto de él. Los padres y el hermano de Marcel esperaban en la sala de visitas para saludarnos y entregarnos "La cesta de los 10 regalos". Holanda, tiene como tradición, regalar una cesta con 10 presentes a la recién mamá, uno por cada día de estancia en el hospital (antes las mujeres permanecían 10 días ingresadas). Hoy en día la mayoría de mujeres holandesas paren en casa como en la antigüedad o durante unas horas en el hospital.

Tras la visita volví a "mi" habitación con Marcel. No le estaba permitido quedarse a dormir por lo que de nuevo me esperaba la soledad. Marcel me arropó y cerró la puerta tras él y la soledad no silenciosa hizo acto de presencia. Con la foto de Marko en mi mesilla contemplaba lo precioso que me parecía mi bebé aunque el Tic-tac horrendo del reloj, así como los ronquidos de una de las "compañeras" me auguraron una larga noche... y así fue. Mi cabeza no dejaba de pensar en Marko y mis sentidos estaban más despiertos que nunca pero al día siguiente Marko aprendió a llorar.

Marko y yo pasamos 2 noches en el hospital, aunque la última fue acompañados el uno del otro. Todo estaba perfecto y bajo control por lo que hijo y madre sobrevivimos a la experiencia. Aunque eso sí, si algún día alguien me pregunta dónde prefiero dar a luz mi contestación será clara y honesta: EN ESPAÑA.

jueves, 23 de junio de 2011

Acampada en Duinrell

El jueves pasado por la mañana despertamos con ganas de irnos de acampada. Sí, eso que conlleva dormir sobre la hierba, usar baños comunitarios y comer lo que esté disponible en una mini-nevera. Lógicamente tal "cómoda" estancia no es apta para bebés por lo que la hermana de Marcel, y los hijos de ésta, cuidaron y colmaron de atención a Lía durante nuestras cortas vacaciones en Duirell en la ciudad de Wassenaar cercana a Amsterdam.

La verdad es que yo no esperaba los lujos que tras una hora y media de viaje me encontré. Bernard, el mejor amigo de Marcel, ya yacía aposentado en su parcela de tierra y aguardaba en la entrada desde el día anterior para evitar que otros "acamparan a sus anchas". Su tienda de campaña ya estaba montada y una considerable nevera repleta de pegatinas de jugadores de fútbol holandeses ocupaba su debido espacio.

Los tres empezamos a montar lo que llaman una "party tent", que viene a ser una especie de toldo sostenido por 6 palos, en la que si llueve te puedes guarecer (y bien que llovió los 4 días!) y tras ésta llegó la tienda de campaña. Marcel no tiene la típica del Decathlon que la lanzas al aire y está lista en segundos por lo que tuvimos que invertir un poco más de tiempo. Tras ese tiempo Marcel sacó del maletero 2 cajas repletas de cervezas marca "Grolsch", la mejor cerveza del mundo según ellos (lógicamente ninguno ha probado la Voll Damm Doble Malta...) y desplegamos nuestras sillas para sentamos cara al poco sol que lucía aquel día. Mientras estaba sentada no paraba de pensar en qué podría haber dentro de aquella nevera. La abrí y descubrí 3 pisos, 2 de los cuáles ocupados por decenas de cervezas. El restante con jamón y queso en lochas, pan de bollo, pastel de chocolate y leche. Tremenda fue mi sorpresa cuando en la contienda de Bernard atisbé una cafetera eléctrica Senseo y una sandwichera. Mientras tanto Marcel sacó su sistema Hi-Fi del maletero! Os imagináis sistema Dolby Surround en una tienda de campaña? Aquello no tenía nada de "portátil", a falta del "loro playero" bueno es un sistema Hi-Fi... Total, la estancia presumía de no ser un suplicio.

Por la tarde del primer día cogimos los bañadores y nos fuimos al parque acuático que estaba situado a 3 minutos caminando, es curioso comprobar que únicamente había una pequeñísima piscina descubierta mientras que todos los toboganes y demás atracciones iban a parar a piscinas interiores. Por supuesto el tiempo no acompañaba por lo que agradecí que fueran piscinas aclimatadas. Probé todos los toboganes habidos y por haber, incluso los que anunciaban pendiente negra. Tras 3 horas en el agua mi adrenalina volvía a estar a raya. El precio fue realmente barato, 6 euros los 2!

Volvimos a nuestro "acogedor hotel" donde nos esperaban decenas de cervezas (que yo no bebí ni una), zumos, vino, pan, jamón y queso para hacer bikinis. En holanda lo llaman "Tosti" y además le añaden ketchup con curry. La verdad es que se agradece comer caliente de acampada aunque sean sencillos bikinis! La primera noche transcurrió tranquila y no parecía tan incómodo dormir en un fino colchón.

Al día siguiente nos despertaron con la horripilante música "chumba chumba" de los adolescentes y tras desayunar "croissants" de mantequilla del supermercado cercano recorrimos 7 minutos caminado hasta otro parque de atracciones gratuito y, por supuesto, hicimos nuestro tour particular. Bernard perdió su teléfono en una de ellas... Cuando llegamos nos encontramos un nuevo huésped amigo de Marcel y Bernard, Ed. Ed dormiría en la misma tienda de campaña que Bernard con lo que aquello generó multitud de bromas y suspicacias. 

Comenzó a llover muchísimo por lo que los 4 nos resguardamos bajo el toldo sentados en nuestras hamacas y usando, como mesita de centro, las cajas de cerveza vacías. Pasamos jugando a las cartas hasta bien entrada la madrugada y hasta recibimos la visita de la policía. Nuestros vecinos no siguieron la norma de "después de las 11 de la noche no está permitido hacer ruido". A la segunda visita policial te echan del campamento sin ningún miramiento!

El tercer día fuimos de visita a la ciudad cercana al campamento llamada Leiden. Allí recorrimos las bonitas calles del centro y finalmente nos sentamos a tomar algo en una terraza flotante. Pasamos varias horas hablando sobre España y Holanda y sus sistemas. Uno de ellos comentó que Leiden quiso ser ocupada por España cuando leí en la carta la palabra "albóndigas" y si ellos lo dicen... pues me lo creeré y no sé cómo ni por qué me puntualizaron que el Himno Holandés nombra al rey de España. Ilusa de mí pregunté qué decía el himno a cerca del rey español y recibí la esperada respuesta de "hay que joder al rey español". Para el que sienta curiosidad, lo que realmente dice el himno es lo siguiente: 

"Guillermo soy de nombre, de Nassau, Señor.
A su patria no hay hombre más fiel, con más fervor, sin tacha
que nada empaña mi blasón naranja.
Al rey señor de España rendí yo siempre honor.

Mi fuerza y confianza, señor, de ti  vendrán,
En ti está mi esperanza, no me dejes jamás.
Haz, Dios, que hasta la muerte, te sirva noche y día.
Y que con fuerte ánimo venza la tiranía."

Tras muchos desvaríos y alguna puntualización importante, También comentaron que Leiden es la ciudad más cara de toda Holanda aunque para nada fue caro comprar carne para la barbacoa que teníamos planeada cenar; 4 hamburguesas, 6 butifarras, 4 sticks tártaros, una docena de "pinchitos" de panceta, 2 velas, sal, especies, medio kilo de ensalada alemana de patata y medio kilo de ensalada de no se qué era aquello por sólo 24 euros! Como rezaba un antiguo anuncio... "para todo lo demás Mastercard".

Yo me ocupé de "echar la carne al fuego" y con el estómago lleno y con la confusión lingüística que supone hablar holandés-inglés Ed entonó: "Definitely you are a big Cock". Quiero pensar que Cock pretendía ser Cook! Esa noche volvimos a jugar a las cartas pero con más emoción por lo que la policía volvió a hacer acto de presencia. Esta vez nosotros éramos los culpables aunque no nos importaba pues ésa era nuestra última noche. Me llenaba de emoción escuchar en boca de holandeses a voz de grito "Toma! Cómete esa" o "Para ti con todo mi amor"...

La mañana siguiente tocaba recoger los bártulos y limpiar todo el barro que produjo la lluvia. Justo en el momento que el toldo estaba medio empaquetado empezó a llover a cántaros, qué suerte la nuestra! Pero finalmente nos montamos en el coche y volvimos a casa a descargar todo. Nos preparamos un buen baño caliente y con el coche vacío otra hora y media para ir a buscar a nuestra pequeña Lía.

En casa de Netty nos esperaba nuestra duende con una sonrisa de oreja a oreja y una lasaña de muerte preparada por Curt. Qué más se puede pedir al último día de unas mini-vacaciones?

El resumen de Duinrell fue el siguiente: No importa lo que comas, lo que duermas, lo que eructes, pedorrees o lo que te duches, lo realmente importante es no pegar ni sello y beber cerveza!

Veel kusjes!

jueves, 9 de junio de 2011

Con un pie en Alemania

El domingo pasado, con el propósito de celebrar toda la familia junta el cumpleaños del hermano mayor de Marcel, Ardy, nos desplazamos 1 hora y media hasta una ciudad llamada Enschede, en la cuál "como des un paso más" tienes tus pies puestos en Alemania. Pero cuando salimos de casa para coger el coche el agua que caía era bestial, los granjeros ya andaban suplicando la lluvia pero ésta creo no debió ser del agrado de los trabajadores del campo pues bien podías cubrir tus pies. Sin duda el día más lluvioso desde que estoy aquí.

Por este motivo nos vestimos todos con pantalón largo y un simple jersey. El recorrido con aquella lluvia fue realmente complicado, era como conducir bajo un tren de lavado dónde sólo te guiaban las ténues luces rojas del auto delantero. Unos 45 minutos más tarde la lluvia había parado y cuando llegamos a nuestro destino el termómetro marcaba 27 ºC. La ropa nos sobraba y en las casas holandesa todavía no he visto un aire acondicionado instalado por lo que aquello me hizo recordar Barcelona; el calor no era seco y caminar por las calles de aquella ciudad se hacía todo un suplicio.

Una vez en casa dejamos a Lía en pañales, pues la pobre estaba sudando como un pollo, y nos sentamos todos en el sofá a esperar el "pica-pica". Aquí los pica-pica son diferentes pues la tarta de cumpleaños te la sirven antes de la cena (si la cena normalmente es a las 6:30, el pastel te lo comes a las 2 del mediodía) y entre conversaciones familiares y programas televisivos esperas la cena. Con aquel clima hubiera sido mejor cenar en el jardín, pero el jardín de Ardy bien parece una selva tras varios meses sin cortar las hierbas.

Como todos sabréis, ese mismo día se jugaba la final del Roland Garrós entre Nadal y Federer y la familia parecía interesada en dicho evento. Pero lo curioso es que toda la familia holandesa apoyaba a Federer, un suizo. Por qué el suizo en lugar del español? No dieron ninguna razón convincente pero sí se apresuraron en decir que los deportistas españoles se dopan mucho según el Dr. Fuentes...

El tercer set lo ganó Federer y Marcel dijo que, según estadísticas del tenis, el jugador que gana el tercero tiene muchas probabilidades de ganar el partido completo... Pues no! Nadal ganó a Federer y yo exclamé "Viva España! Nadal gaf hem een pak slaag".

De todas formas el resto del día transcurrió tranquilo y sin nada especial que comentar excepto que los padres de Marcel, Gommert y Riet, al día siguiente se fueron de vacaciones 3 semanas a Francia con la caravana y eso significa que las fresas y arándanos del jardín irán a parar a nuestros estómagos!

Por otro lado, ese mismo lunes, la empresa le entregó a Marcel un coche nuevo escogido por él, un Volswagen muy amplio y con techo acristalado sin olvidar que además, TODA la gasolina la paga la empresa!! Qué maravilla de condiciones laborales, eh? En mi caso, dentro de nada, yo tendré una bici nueva (aquí las llaman "moederfiet" mamá-bici) y Lía y yo haremos nuestros "tours" por la ciudad. Ya va siendo hora pues Marcel trabaja en una empresa de bicicletas y no puede ser que en casa del herrero, cuchillo de palo...

Hasta la vista y contestar a la encuesta!

jueves, 26 de mayo de 2011

Ciudadanas holandesas legalizadas

Ayer, tras casi un mes de espera, recibí la carta del ayuntamiento informándome (en holandés, claro) de que tanto Lía como yo habíamos sido oficialmente inscritas como ciudadanas de Lelystad en régimen de residentes permanentes. Ahora poseo el "burgerservicenummer" o BSN con el que me permiten trabajar en Holanda y darme de alta en su sistema financiero (vamos... que ya me tienen fichada!)

En cuanto al documento de Lía, diferente al mío, comprobé algo que me llenó de alegría pues por el capítulo 2 de la ley Holandesa de 1984 sobre adquisición de la nacionalidad holandesa por ministerio de la ley, el artículo 3, punto 1 determina que "De nacionalidad holandesa es el niño/a que en el momento de su nacimiento el padre o la madre posee la nacionalidad holandesa, así como poseerán nacionalidad holandesa también el hijo/a de un holandés fallecido/a"

Así pues, Lía posee la nacionalidad holandesa pero lo que no sé es si mantiene la Española... En el mismo documento aparecen como nacionalidades ambas pero quizás España se pone "farruquita" por cualquier tratado entre países miembros de doble ciudadanía y se la retira. Seguramente tendré que informarme en el Consulado pero de cualquier forma me sabría muy muy mal que mi hija tuviera que renunciar a ser española... ¿No os sabría mal a vosotros? Bueno, ya sé que a algunos no os importaría nada...

De todas formas todavía me queda saber cómo y cuándo voy a recibir los cursos de holandés gratuitos que me prometieron en el ayuntamiento como ayuda a la integración!

Desde holanda, con amor!

miércoles, 25 de mayo de 2011

Como pez en el agua

El pasado domingo por la mañana fuimos todos a un poli-deportivo de la ciudad en el que puedes practicar todo tipo de deportes (incluso escalada!). Nos pusimos los bañadores y Lía sus pañales acuáticos (son unos pañales especiales que no retienen el pis pero sí la caca, de lo contrario las piscinas se vaciarían de agua y los pañales pesarían más que la cuenta bancaria de un político español!) y nos fuimos a la piscina. Lo cierto es que estas piscinas no tienen nada que envidiar a los balnearios pues puedes elegir entre una piscina olímpica con trampolines fijos, otra piscina olímpica con lo mismo pero además un trampolín especial para hacer saltos, también tienes otra piscina temática de piratas donde hay palmeras que lanzan cubos de agua de vez en cuando, toboganes sinuosos que cuando los ves piensas que son para niños pero cuando los pruebas te da la sensación de que estás en una verdadera montaña rusa, chorros de masaje, corrientes de agua, jacuzzi y una piscina para los más enanos. Todo esto dentro de un mismo espacio en el que para rematar dispones de un chiringuito para llenar el buche y saciar la sed. Algunas tardes-noches este mismo recinto se convierte en discoteca-piscina para niños con DJ e iluminación años 60 incluídos (todo un lujo la verdad).

Volviendo a nosotros, todos empezamos en la mini-piscina rodeados de otros padres y sus babys. Lía sonreía sentada en la piscina mientras chapoteaba con sus manitas pero comprobamos que nuestra niña tiene más potencial acuático por lo que decidimos ponerle los "manguitos" y lanzarla a nadar. Con el agua hasta el cuello Lía seguía sonriendo, pataleando con las piernas y mirando a un lado y a otro, observando fijamente a las personas ligeramente diferentes a la mayoría de los allí presentes, desvergonzada clavó sus ojitos en un hombre de raza negra!. Comprobando que no había manera de atraer su interés, Marcel decidió comprobar si además de buena nadadora y observadora también lo era buceando; la primera inmersión sorprendió a Lía que no sabía dónde se encontraba cuando su cabeza salió a flote pero la segunda pareció gustarle y no le dio ninguna importancia a que por un momento se había desorientado. Seguimos nadando en bloque probando todas las piscinas habidas y por haber, Lía tan encantada y tranquila que cuando llegó el momento de sacarla del agua y secarla con la toalla empezó a llorar. No fue un lloro duradero pero nos hizo entender que ella se había sentido muy feliz como pez en el agua. En la próxima ocasión, intentaremos llevar la cámara de fotos.

Volvimos a casa y nos arreglamos para viajar hasta el norte de Holanda donde vive la hermana mayor de Marcel a fin de celebrar el noveno cumpleaños de Martijn (en holandés la letra "ij" se pronuncia como "ai"). En los jardines de las casas donde viven niños es habitual encontrar un trampolín (cama elástica circular) en  el cuál los enanos mantienen a raya su hiperactividad practicando saltos mortales hacia delante, hacia atrás, de lado y demás piruetas... Evie y Martijn se alegran mucho cada vez que pueden disfrutar de su tío por lo que siempre le invitan a saltar con ellos al juego de "las palomitas de maíz". El juego consiste en que la persona con más peso se sitúa en el centro del círculo saltando hacia arriba con mucha fuerza, en consecuencia, todos los satélites cercanos al centro (y me incluyo a mí misma) pierden el control saltando involuntariamente hasta una altura considerable recordando así a las palomitas de maíz en la sartén. Juego muy divertido pero sin duda, tras varios minutos, terminas exhausto. Lía, a todas estas, dormía como una marmota pues la piscina también la había dejado sin energía. 

Todo transcurrió en un ambiente muy cercano y llegada las 8 de la noche los niños se pusieron el pijama para irse a dormir. Sentados todos en el salón, a Martijn se le pasó por la cabeza una pregunta que hacerme pero que no se atrevía a formularla por lo que le susurró a su madre al oído lo que me quería preguntar. Tras unos segundos y con los ojos abiertos como platos Netty sonreía asombrada mientras repetía de forma incrédula la pregunta de su hijo "Martijn pregunta que cuándo te vas a casar con Marcel". Lógicamente, tras aquellas palabras, me quedé blanca. ¿Qué podía contestar?. Inmediatamente Netty comentó que le parecía una extraña pregunta pues ellos mismos llevan viviendo juntos durante 15 años sin haberse casado. Desgraciadamente nunca sabes lo que pasa por la cabeza de un niño!

A pesar de todo nos reímos sonoramente de la ocurrencia mientras nos dirigíamos al coche. Todavía teníamos 1 hora y media de camino de vuelta a Lelystad.

Besos a todos y hasta la próxima historieta!

viernes, 20 de mayo de 2011

Disponibles sin Holandés

Tras 2 mañanas navegando por la web sobre posibles agencias de trabajo topé con un blog titulado "Alt164 - Una familia de Españoles en Holanda" donde éste informaba de diversas agencias de trabajo para extranjeros. Me registré en una de ellas ese mismo día y tras unos cuantos "aply for this job" finalmente recibí un correo electrónico de una mujer que deseaba conocerme más a fondo y discutir mi CV. Tras hacer unas pequeñas gestiones, como pedir a los padres de Marcel que cuidaran de Lía, pude acudir.

Así pues, ayer a las 14:00 horas tuve una extensa entrevista en la oficina de "UNDUTCHABLES" sita en Utrecht. Como bien indica el nombre de la agencia, ésta está especializada en extranjeros que desean trabajar en Holanda y que lógicamente no hablan holandés (sí, ese idioma tan chungo que hablan Van Gaal y Cruyff...). Jamás pensé que yo llegaría a ser una extranjera!!! Pero ahora mismo lo soy...

Vivo en Lelystad, a unos 60 y pocos kilómentros de Utrecht por lo que Marcel quiso programarme la ruta en tren para que no me perdiera... Sí, muy preocupado por ello (todavía no entiendo la razón...) además de imprimir el esquema de ruta ofrecido por la agencia de transportes, me subrayó en fosforito el nombre de cada estación y apuntó en boli en la que debía subir "IN" o bajar "OUT", en las no subrayadas anotó "STAY IN - stations in between". "Sé arreglármelas solita" le dije, pero no convencido con eso además redactó otro papel con la misma información pero de forma redactada... Total, que en mi bolso habían más papeles que en la mesa de un funcionario...

Una hora exacta de recorrido (donde los transbordos están milimetrados y no esperas entre tren y tren) y finalmente llegué al lugar sin ningún problema. Una vez dentro me preguntaron si deseaba tomar algo y respondí que un Capuccino... No exagero cuando digo que la taza de Capuccino era poco más pequeña que mi cabeza! Tras rellenar unos papeles con mi dirección y demás temas personales (te preguntan si estás casado de entrada y estoy segura de que esto tiene alguna razón fiscal pero que todavía desconozco) comenzó la entrevista. Con una duración de casi 2 horas finalmente la mujer me reconoció que gracias a mis explicaciones ahora entendía mejor cómo funcionaban las CRO's. (Espero que por mi ayuda ofrecida además de eso me encuentre un trabajo!!!) Me habló también de una vacante como Drug Safety Manager pero le expliqué que mis anteriores trabajos no estaban del todo relacionados, pese a ello, que no tengo ningún problema en aprender.

En cuanto a las expectativas enconómicas, en un siguiente capítulo os intentaré resumir el funcionamiento de las retenciones del gobierno y demás tasas.

Volví sana y salva a la estación de Lelystad y el padre de Marcel vino a recogerme. Fui a casa de los abuelos  y cuando Lía me vio me sonrió mientras aleaba con los brazos de alegría! Se porta genial con todo el mundo... (y no es orgullo de madre!)

Un beso a todos y sfisempre fositivo, nunca nejatifo!