El pasado domingo por la mañana fuimos todos a un poli-deportivo de la ciudad en el que puedes practicar todo tipo de deportes (incluso escalada!). Nos pusimos los bañadores y Lía sus pañales acuáticos (son unos pañales especiales que no retienen el pis pero sí la caca, de lo contrario las piscinas se vaciarían de agua y los pañales pesarían más que la cuenta bancaria de un político español!) y nos fuimos a la piscina. Lo cierto es que estas piscinas no tienen nada que envidiar a los balnearios pues puedes elegir entre una piscina olímpica con trampolines fijos, otra piscina olímpica con lo mismo pero además un trampolín especial para hacer saltos, también tienes otra piscina temática de piratas donde hay palmeras que lanzan cubos de agua de vez en cuando, toboganes sinuosos que cuando los ves piensas que son para niños pero cuando los pruebas te da la sensación de que estás en una verdadera montaña rusa, chorros de masaje, corrientes de agua, jacuzzi y una piscina para los más enanos. Todo esto dentro de un mismo espacio en el que para rematar dispones de un chiringuito para llenar el buche y saciar la sed. Algunas tardes-noches este mismo recinto se convierte en discoteca-piscina para niños con DJ e iluminación años 60 incluídos (todo un lujo la verdad).
Volviendo a nosotros, todos empezamos en la mini-piscina rodeados de otros padres y sus babys. Lía sonreía sentada en la piscina mientras chapoteaba con sus manitas pero comprobamos que nuestra niña tiene más potencial acuático por lo que decidimos ponerle los "manguitos" y lanzarla a nadar. Con el agua hasta el cuello Lía seguía sonriendo, pataleando con las piernas y mirando a un lado y a otro, observando fijamente a las personas ligeramente diferentes a la mayoría de los allí presentes, desvergonzada clavó sus ojitos en un hombre de raza negra!. Comprobando que no había manera de atraer su interés, Marcel decidió comprobar si además de buena nadadora y observadora también lo era buceando; la primera inmersión sorprendió a Lía que no sabía dónde se encontraba cuando su cabeza salió a flote pero la segunda pareció gustarle y no le dio ninguna importancia a que por un momento se había desorientado. Seguimos nadando en bloque probando todas las piscinas habidas y por haber, Lía tan encantada y tranquila que cuando llegó el momento de sacarla del agua y secarla con la toalla empezó a llorar. No fue un lloro duradero pero nos hizo entender que ella se había sentido muy feliz como pez en el agua. En la próxima ocasión, intentaremos llevar la cámara de fotos.
Volvimos a casa y nos arreglamos para viajar hasta el norte de Holanda donde vive la hermana mayor de Marcel a fin de celebrar el noveno cumpleaños de Martijn (en holandés la letra "ij" se pronuncia como "ai"). En los jardines de las casas donde viven niños es habitual encontrar un trampolín (cama elástica circular) en el cuál los enanos mantienen a raya su hiperactividad practicando saltos mortales hacia delante, hacia atrás, de lado y demás piruetas... Evie y Martijn se alegran mucho cada vez que pueden disfrutar de su tío por lo que siempre le invitan a saltar con ellos al juego de "las palomitas de maíz". El juego consiste en que la persona con más peso se sitúa en el centro del círculo saltando hacia arriba con mucha fuerza, en consecuencia, todos los satélites cercanos al centro (y me incluyo a mí misma) pierden el control saltando involuntariamente hasta una altura considerable recordando así a las palomitas de maíz en la sartén. Juego muy divertido pero sin duda, tras varios minutos, terminas exhausto. Lía, a todas estas, dormía como una marmota pues la piscina también la había dejado sin energía.
Todo transcurrió en un ambiente muy cercano y llegada las 8 de la noche los niños se pusieron el pijama para irse a dormir. Sentados todos en el salón, a Martijn se le pasó por la cabeza una pregunta que hacerme pero que no se atrevía a formularla por lo que le susurró a su madre al oído lo que me quería preguntar. Tras unos segundos y con los ojos abiertos como platos Netty sonreía asombrada mientras repetía de forma incrédula la pregunta de su hijo "Martijn pregunta que cuándo te vas a casar con Marcel". Lógicamente, tras aquellas palabras, me quedé blanca. ¿Qué podía contestar?. Inmediatamente Netty comentó que le parecía una extraña pregunta pues ellos mismos llevan viviendo juntos durante 15 años sin haberse casado. Desgraciadamente nunca sabes lo que pasa por la cabeza de un niño!
A pesar de todo nos reímos sonoramente de la ocurrencia mientras nos dirigíamos al coche. Todavía teníamos 1 hora y media de camino de vuelta a Lelystad.
Besos a todos y hasta la próxima historieta!
Me estoy enganchando al blog... Para cuándo unas fotillos?? :)
ResponderEliminarSí! Tengo pendiente colgar fotos nuevas de la señorita haciendo de las suyas jejeje!!!
ResponderEliminarQué vicio con la pecera!! Jajaja...
ResponderEliminarFotos!!! Queremos fotos.....yo tmb quiero una de esas camas elásticas ;)!!! Tatimuuuuuuuuuu
ResponderEliminarJajajajajaj, la pecera es muy chula!!!y por los de las fotos no os preocupéis que las subiré!!!!
ResponderEliminarMuaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Si por mí fuera, los peces estarían gooooooooooooooooooooordossssss... -.-
ResponderEliminarA VER V ER CUANDO ME RESPONDES TE HE DEJADO VARIOS MENSAJES Y COMENTARIOS EN TU BLOG.OK
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